El conflicto, cuestionado por muchos historiadores como tal guerra, fue fundamentalmente un levantamiento popular en distintos puntos de Cataluña.
CONFLICTO
La rebelión comenzó a finales de 1846 en Solsona, cuando se formaron diversas partidas guerrilleras, que no sobrepasaban los 500 hombres a comienzos de 1847, y que atacaban fundamentalmente a funcionarios públicos y a unidades militares. Estas partidas actuaban al modo de las guerrillas y estaban integradas por grupos poco numerosos de hombres con un cabecilla. Actuaban en la zona donde tenían su residencia y eran buenos conocedores del terreno. Los cabecillas, bien provenían de los carlistas no depurados de la primera guerra y que se habían mantenido en el terreno; bien de aquellos que se habían visto obligados a huir a Francia y que regresaban aprovechando el descontento social, o bien de nuevos elementos pertenecientes a un carlismo menos absolutista. El líder más importante de este primer momento fue el sacerdote Benet Tristany, que en febrero de 1847 protagonizó una entrada en Cervera para hacerse con fondos y munición. Tristany fue capturado y lo fusilaron en Solsona en mayo de 1847, pero el número de partidas carlistas aumentó en toda Cataluña llegando a unos 4.000 hombres armados a fines de ese año frente a un ejército regular formado por 40.000 soldados que dirigía Manuel Pavía y que intentó mediante medidas de gracia apaciguar a los sublevados, lo que no consiguió, aumentando las fuerzas carlista gracias al apoyo de partidas progresistas y republicanas. A mediados de 1848 surgieron partidas en Extremadura y en Castilla, que no consiguieron éxitos significativos.
El 23 de junio de 1848 atravesó la frontera francesa Ramón Cabrera e intentó organizar lo que denominó el Ejército Real de Cataluña sin mucho éxito, y tampoco pudo entrar en el Maestrazgo. A finales de 1848 el nuevo capitán general de Cataluña, Fernando Fernández de Córdoba consiguió debilitar la resistencia de las partidas carlistas. Esto, unido a los fracasos de sublevaciones carlistas en Guipúzcoa, Navarra, Burgos, Maestrazgo y Aragón, dificultó continuar con el conflicto. En abril de 1849 se detuvo al pretendente Carlos Luis cuándo pretendía entrar por la frontera francesa en España y el 26 de abril Cabrera tuvo que cruzar la frontera francesa ante la persecución del ejército gubernamental. El resto de las partidas hizo lo mismo y el 14 de mayo cruza la frontera la última partida, que dirigían los hermanos Tristany, poniendo fin a la guerra.
En junio de 1849 el gobierno publicó un decreto amnistiando a los carlistas. Más de 1.400 regresaron a España, mientras otros decidieron quedarse en Francia. Muchos de los veteranos carlistas que regresaron combatieron más tarde en la Guerra de África (1859-1860).
No hay comentarios:
Publicar un comentario